En el barrio San Pedro Pescador explicaron que el encarecimiento de los combustibles fue el principal “motivo” por el que los precios pegaron un gran salto.

En una visita al barrio San Pedro NORTE comprobó que en algunos casos el kilo del pescado superó al del asado. Tal es el caso del surubí, el dorado y la boga, todos en el orden de los 3000 pesos por kilo (dentro del barrio). Mientras que afuera, sobre la ruta, el precio por estos ejemplares asciende a 3200 pesos.

Walter Romero, mallonero y referente del barrio comentó a NORTE: “Cada quien hace lo que puede para sostenerse. Todos vivimos de lo que pescamos, algunos logran vender todo desde la canoa, otros a las acopiadoras y otros revenden a los mismos vecinos que luego los ofrecen frente al barrio”.

Las acopiadoras compran los peces de los malloneros por entre 1500 y 1700 pesos por el kilo de surubí, por ejemplo, que luego revenden al público en general por encima de cualquier precio dentro o frente al barrio.

La brecha entonces, en algunos casos es de hasta el 50 por ciento del valor del pez. Esta marcada diferencia de precios no hace más que incrementar una situación insostenible, en la que los habitantes del barrio necesitan trabajar más para cubrir sus necesidades, y el río cada vez más golpeado, con las cuatro especies más grandes y más buscadas (Pacú, Dorado, Surubí y Manguruyú) en peligro de extinción a causa de la depredación.